En 1992, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
eligió el 10 de octubre como fecha para tomar
conciencia, año con año,
de la importancia de la salud mental.
Sin embargo, en este 2024 la OMS y sus asociados decidieron hacer énfasis en la estrecha relación que hay entre la salud mental y el ámbito laboral.
Para hablar del ámbito laboral es necesario hablar de derechos laborales. Cuando estos se respetan, sin duda generan espacios seguros, permitiendo que el tiempo que pasan las personas en su jornada laboral, así como el salario y las prestaciones que perciben, abonen a mejorar significativamente su calidad de vida.
Constantemente se les recuerda a las personas que cuiden de su salud mental en el trabajo y, muchas veces, esto se hace como si dependiera exclusivamente de ellas hacerse cargo. En México —un país en donde impera la desigualdad—, las personas se encuentran ante situaciones laborales desfavorables, donde la jornada laboral y la exigencia de las tareas y responsabilidades que esta demanda, así como su relación con el sueldo otorgado impiden que cubran sus necesidades satisfactoriamente; esto obliga a un alto porcentaje de trabajadorxs a obtener ingresos con jornadas dobles u horas extras, lo cual afecta de manera significativa la salud mental de las personas, a quienes no les queda tiempo de recreación ni descanso, de convivencia familiar de calidad o que puedan dedicar un momento para sí mismxs diariamente.
Si a esto sumamos que el ambiente laboral puede ser poco saludable, por ejemplo, donde se crea un entorno de estigmatización, discriminación, acoso y violencia laboral, esto no solo afectará la calidad de vida de la gente, sino que también incidirá sobre su productividad.
El problema de normalizar la violencia laboral y no garantizar los derechos laborales puede hacer que las personas presenten síndrome de burnout y somatizaciones constantes debidas a la exposición a los riesgos psicosociales que hay en su trabajo. Esto acarrea que ellas mismas se consideren el problema al creer que no son lo suficientemente capaces, productivxs, eficientes y organizadxs para cubrir óptimamente el puesto para el cual fueron contratadxs. Lo anterior desencadenará una serie de malestares personales, familiares, de salud física y mental que, de no atenderse, podrían detonar un problema mayor.
Mejor ni hablar de salud mental en el trabajo y género, pero también es importante visibilizar lo siguiente:
– Las mujeres enfrentan mayor acoso laboral que los hombres.
– Se cuestionan sus logros y capacidad cuando ellas obtienen un puesto directivo o de liderazgo.
– Se les cuestiona si están siendo buena madres o esposas, por elegir “egoístamente” destacar en su profesión en vez de dedicarse al hogar.
– Postergar la maternidad o no elegir ser madre será un cuestionamiento constante, incluso puede ser decisivo para otorgarle o no un puesto que requiera una mayor responsabilidad o toma de decisiones en su trabajo.
– El pago que perciben es menor al que un hombre obtiene por la misma carga de trabajo. Esto ha llevado a que en una relación de pareja, él sea quien trabaje asalariadamente, para que ella se haga cargo de las labores del hogar y del cuidado de los hijos, el cual es un trabajo no remunerado y que la pone en gran desventaja.
– En caso de que ellas estén a cargo al 100% de la crianza de sus hijxs, cuidar de ellos al mismo tiempo que debe generar recursos para la manutención de estos, impedirá que pueda cubrir una jornada laboral en trabajos formales obteniendo sus ingresos de empleos informales donde no tendrá seguridad social, ni pensión, vulnerándola a ella y a sus hijxs a una vida precaria.
Los efectos que tendrá una o varias situaciones laborales de las ya mencionadas —por mencionar algunas— significarán costos muy altos en la salud mental y, por lo tanto, en la calidad de vida.
La salud mental en el trabajo va más allá de ver a las y los trabajadores como únicos responsables de esto, implica el involucramiento de organismos gubernamentales en conjunto, de instituciones públicas y privadas, así como asociaciones involucradas en materia laboral y de salud mental, para que mejoren las condiciones de trabajo, el bienestar y la calidad de vida de las personas, para que, al hablar de Salud Mental en el Trabajo estemos refiriéndonos de veras a un derecho y no a un privilegio de pocxs.
#WorldMentalHealthDay, #DíaMundialDeLaSaludMental